Astor Piazzolla - Lo que no puede cambiarse







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Astor Piazzolla:


"En 1939 Arthur Rubinstein llega a Buenos Aires y yo voy a un concierto de él y me enamoro de su manera de tocar y de toda la nueva música que yo estaba escuchando en esa época. Y resuelvo ir a mi casa y escribir un concierto para Rubisntein con la audacia que yo tenía por ser un joven de 18 años. Escribo un concierto para piano en ese momento y voy a visitarlo a Arturo Rubinstein en su apartamento en Buenos Aires. Lógicamente todo esto tiene una historia bastante linda porque yo voy alrededor de la una de la tarde, toco el timbre en su casa, sale lógicamente Rubinstein con una servilleta todo lleno con salsa de tomate, se conoce que estaba comiendo sus spagettis al mediodía, le gustaba comer muy bien. Me atendió muy gentilmente, me hizo pasar. Le dije que quería hablar con él. Me dijo que lo esperara. Comió sus spagettis y yo los esperé al lado de su piano.





Astor Piazzolla:


Vino a verme preguntandome qué es lo que quería hablar con él. Le dije que era admirador de él, lo había escuchado en el Teatro Colón y que me enamoré tanto de su manera de tocar el piano que resolví escribir un concierto para piano. Dice:
- ¨Quiero verlo¨;
- ¨Aquí lo traigo¨.
- ¨Pero es la parte de piano, ¿Donde está la parte de orquesta? -me dice- Un concierto para piano es un concierto para piano y siempre con orquesta, no es nunca solo de piano, en ese caso sería una sonata, una suite, pero cuando se trata de un concierto debería tener el acompañamiento de una orquesta.¨ Y le dije...
- ¨No, no sabía¨
Le dije que simplemente le escribí un concierto. Lógicamente analizando mi concierto famoso para piano que escribí a los 18 años era francamente muy horrible como música pero Arturo Rubinstein se puso a tocarlo los primeros compases y luego se da vuelta y me mira, me dirige una mirada muy fuerte pero muy cordial y me pregunta:
- ¨¿A usted le gusta la música?¨ y yo le digo
- ¨Claro¨.
- ¨Entonces ¿Por qué no va a estudiar?¨. Entonces logicamente dije:
- ¨Mire, precisamente lo vengo a ver por eso, porque quiero estudiar música¨.
El habló con un gran director de orquesta que estaba en Buenos Aires que estaba vivo que era Juan José Castro. Él me recomendó a estudiar con Alberto Ginastera. Fui el primer alumno que él tuvo en 1939. Así comienzan mis primeros estudios de la música. Empiezo a estudiar, empiezo a escribir, empiezo a entender un poco más lo que es realmente la música y debido a ese conocimiento ya a esa nueva cultura que viene dentro de mí por la música en sí yo comienzo a hacer arreglos nuevos, comienzo a conocer a orquestas, escribo para cuarteto de cuerdas dentro de orquestas de Tangos. Yo estaba en esos momentos tocando con una orquesta ya muy famosa en Buenos Aires, era la orquesta de Anibal Troilo.






Astor Piazzolla:


Y empecé a hacer arreglos. Lógicamente los arreglos eran muy avanzados para esa época de 1939 y me di cuenta que mucha gente escuchaba esos arreglos míos y no les causaba ninguna gracia porque lamentablemente en esa época, en el ¨39 o en el ¨40, como hoy se puede decir, en la Argentina se puede cambiar todo... menos el Tango. Era como convertirse a otra religión, del ser cristiano me hubiera pasado al budismo o ser musulmán. Era una cosa bastante parecida. El Tango no debía cambiarse. No se puede cambiar. El Tango debía quedarse siempre dentro de ese estilo ¨1940¨ y no evolucionar. Yo tuve la feliz idea, feliz idea para mí, por supuesto, de cambiarlo y, desde 1940 aún hasta hoy día he tenido, diría, todos los problemas más tremendos en mi vida por una sola causa: por querer cambiar, por querer evolucionar en una música popular que se llama el Tango"

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